miércoles, 6 de diciembre de 2017

Peroxisomas

PEROXISOMAS



Los peroxisomas son vesículas simples limitadas por membranas con un diámetro de 0.1 a 1.0 um, que pueden contener un centro denso y cristalino de enzimas oxidativas.

Los peroxisomas son organelos multifuncionales y contienen más de 50 enzimas que participan en actividades tan diversas como la oxidación de ácidos grasos de cadena muy larga, con sucesiones de 24 a 26 carbonos, y la síntesis de plasmalógenos una clase inusual de fosfolípidos en los que uno de los ácidos grasos está unido al glicerol mediante un enlace éter en lugar de uno éster.

Los peroxisomas y las mitocondrias se forman por la división de organelos preexistentes, los dos importan proteínas preformadas del citosol y ambos participan en tipos similares de metabolismo oxidativo.
Los dos organelos se han vinculado más íntimamente con informes recientes de quelas mitocondrias forman vesículas destinadas al transporte de elementos para los peroxisomas.
Estos organelos se llamaron “peroxisomas” porque son el sitio donde se sintetiza y degrada el peróxido de hidrógeno, un agente oxidante muy reactivo y tóxico.

Dicho compuesto se produce por acción de varias enzimas peroxisómicas, incluidas la urato oxidasa, glucolato oxidasa y oxidasas de aminoácidos, que utilizan oxígeno molecular para oxidar sus sustratos respectivos.

El H2O2 generado en estas reacciones se degrada pronto mediante la enzima catalasa, que está presente en grandes concentraciones en estos organelos.
Los peroxisomas son organelos muy sencillos que sólo tienen dos compartimientos en los que una proteína importada puede situarse: la membrana limitante y la matriz interna.

Las proteínas destinadas a un peroxisoma tienen una señal de dirección peroxisómica.
Los receptores PTS se unen con proteínas destinadas al peroxisoma en el citosol y las trasladan a la superficie del peroxisoma, sitio en el cual penetran en el organelo.
Los peroxisomas son capaces de importar proteínas de la matriz peroxisómica en su conformación plegada nativa, incluso las que tienen varias subunidades.

Síndrome de Zellweger

El prototipo del trastorno peroxisomal generalizado es ZS, o síndrome cerebro-hepato-renal, en el cual el descubrimiento seminal de una aparente falta de peroxisomas en hepatocitos y túbulos renales se realizó bastante temprano. Los pacientes muestran una combinación de dismorfia craneofacial; anormalidades neurológicas, que incluyen hipotonía pronunciada, ataques epilépticos y retraso psicomotor severo; anormalidades oculares; y la participación del hígado. Mueren antes del final del primer año. El cerebro muestra micropolygyria. La anormalidad neuropatológica más característica es una migración neuronal alterada y desmielinización severa.

Adrenoleucodistrofia neonatal

El primer paciente descrito con este trastorno mostró desmielinización central y atrofia suprarrenal, de ahí la denominación, junto con anormalidades similares a las observadas en ZS, aunque más leve. Hoy, NALD se considera una forma menos severa de ZS.

Condrodisplasia punctata rizomélica (RCDP)

Las características clínicas de este trastorno son la rizoma: acortamiento simétrico severo de las extremidades superiores, falla profunda del crecimiento, contracturas de flexión, cataratas, ictiosis, cierto grado de dismorfia craneofacial, signos neurológicos variables y calcificaciones epifisarias diseminadas. Las anomalías bioquímicas peroxisomales consisten en una deficiencia grave de plasmalógenos, con deficiencia combinada de dihidroxiacetona-fosfato acil-transferasa (DHAP-AT) y alquil-DHAP sintetasa.

Enfermedad de Refsum infantil

Los pacientes con IRD no muestran anomalías claras en el período neonatal y solo dismorfia leve. Las principales características clínicas son retraso mental, retinitis pigmentosa, sordera neurosensorial y retraso del crecimiento. Varios pacientes informaron que todavía estaban vivos en la adolescencia.


BIBLIOGRAFIA
Gerald Karp. Biología celular y molecular: Conceptos y experimentos. Edición 7ª. Ed. McGraw Hill. 2014

Paniagua R. Biología Celular. 3ª edición.   Ed. McGraw Hill. 2007

Mitocondria

MITOCONDRIA



Las mitocondrias ocupan 15 a 20% del volumen de una célula hepática promedio de mamífero y contienen más de mil proteínas diferentes.
Estos organelos se conocen por su función en la generación de moléculas de trifosfato de adenosina que se usan en la mayor parte de las actividades celulares que requieren energía.
Para lograr su función, las mitocondrias a menudo se relacionan con pequeñas acumulaciones oleosas que contienen ácidos grasos, a partir de las cuales obtienen materia prima para oxidar.
Son el sitio de síntesis de muchas sustancias, incluidos ciertos aminoácidos y los grupos hemo.
Tienen una participación vital en la captación y liberación de iones calcio, que son iniciadores esenciales de actividades celulares, y junto con el retículo endoplásmico regulan de manera importante la concentración citoplásmica de Ca2+.
El proceso de muerte celular, que tiene una función fundamental en la vida de todos los organismos multicelulares, también se regula en gran medida por fenómenos que ocurren en las mitocondrias.
El límite externo de una mitocondria contiene dos membranas: la membrana mitocondrial externa y la membrana mitocondrial interna.
La membrana mitocondrial externa rodea por completo a la mitocondria y sirve como límite externo.
La membrana mitocondrial interna se subdivide en dos dominios interconectados que tienen diferentes proteínas residentes que desempeñan funciones distintas.

Uno de los dominios, la membrana limitante interna, se encuentra justo por dentro de la membrana mitocondrial externa (formando una envoltura de doble membrana) y es muy rica en moléculas encargadas de importar a las proteínas mitocondriales.
El otro dominio se encuentra en el interior del organelo como una serie de hojas membranosas invaginadas, llamadas crestas.
La función de las mitocondrias como transductores de energía tiene gran relación con las membranas de las crestas.

Las crestas contienen una gran cantidad de superficie de membrana que aloja la maquinaria necesaria para la respiración aeróbica y la formación de ATP.
La membrana limitante interna y las membranas de las crestas internas se ensamblan entre sí mediante conexiones estrechas llamadas uniones de las crestas.

Las membranas de la mitocondria dividen al organelo en dos compartimientos acuosos, uno en el interior, llamado matriz, y otro entre las membranas interna y externa, conocido como espacio intermembrana.
La matriz tiene una consistencia gelatinosa por la elevada concentración de proteínas hidrosolubles.
Las proteínas del espacio intermembrana son mejor conocidas por su participación en el inicio del suicidio celular o apoptosis.
La membrana externa está formada por lípidos (casi 50%) y contiene una mezcla curiosa de enzimas que participan en actividades tan diversas como la oxidación de la adrenalina, la degradación del triptófano y la elongación de los ácidos grasos.
La membrana interna contiene más de 100 polipéptidos diferentes y muestra una proporción proteína/lípido muy alta. Es rica en cardiolipina, un fosfolípido inusual.

La membrana mitocondrial y la membrana bacteriana externas contienen porinas, que son proteínas integrales que poseen un conducto interno relativamente grande rodeado por un barril de cadenas B.
Las porinas de la membrana mitocondrial externa no son estructuras estáticas, sino que pueden realizar un cierre reversible como repuesta a las condiciones dentro de la célula.
Cuando los conductos de porina están abiertos, la membrana externa es permeable a moléculas como el ATP, el NAD y la coenzima A, que tienen funciones clave en el metabolismo energético dentro de la mitocondria.
La membrana interna de este organelo es impermeable; todas las moléculas y los iones requieren transportadores de membrana especiales para ingresar a la matriz.
Las mitocondrias tienen su propio material genético y los mecanismos para producir su propio ácido ribonucleico y proteínas.
Las mitocondrias se describen como centrales eléctricas en miniatura, puesto que extraen la energía de materiales orgánicos y la almacenan durante un lapso en forma de energía eléctrica.
La energía obtenida de los sustratos se utiliza para generar un gradiente iónico a través de la membrana mitocondrial interna.
Las mitocondrias emplean un gradiente iónico a través de su membrana interna para impulsar muchas actividades que requieren energía, en particular la síntesis de ATP.
Cuando la formación de dicha molécula se impulsa con la energía liberada de los electrones removidos durante la oxidación de sustratos, el proceso se conoce como fosforilación oxidativa.

Diabetes Mellitus y sordera

La diabetes mellitus y la sordera (DAD) o diabetes y sordera heredadas por la madre (MIDD) es un subtipo de diabetes que se produce por una mutación puntual en la posición 3243 en el ADN mitocondrial humano, que consiste en un genoma circular. Esto afecta el gen que codifica tRNALeu. Debido a que el ADN mitocondrial es aportado al embrión por el ovocito y no por los espermatozoides, esta enfermedad se hereda solo de los miembros de la familia materna. Como indica su nombre, MIDD se caracteriza por diabetes y pérdida auditiva neurosensorial.

Miopatía mitocondrial

Las miopatías mitocondriales son tipos de miopatías asociadas con la enfermedad mitocondrial. En la biopsia, el tejido muscular de los pacientes con estas enfermedades generalmente muestra fibras musculares "rojas". Estas fibras rojas rasgadas contienen acumulaciones leves de glucógeno y lípidos neutros, y pueden mostrar una reactividad incrementada para la succinato deshidrogenasa y una reactividad disminuida para la citocromo c oxidasa. Se creía que la herencia era materna (extranuclear no mendeliana). Ahora se sabe que ciertas deleciones de ADN nuclear también pueden causar miopatía mitocondrial como la deleción del gen OPA1. Hay varias subcategorías de miopatías mitocondriales.

La encefalomiopatía mitocondrial, la acidosis láctica y los episodios de apoplejía


La encefalomiopatía mitocondrial, la acidosis láctica y los episodios de apoplejía (MELAS por sus siglas en inglés) forman parte de la familia de citopatías mitocondriales, que también incluyen MERRF y la neuropatía óptica hereditaria de Leber. Son causadas por defectos en el genoma mitocondrial que se heredan puramente de la madre. Sin embargo, es importante saber que algunas de las proteínas esenciales para la función mitocondrial normal son producidas por el genoma nuclear, y posteriormente son transportadas a la mitocondria para su uso. Como tal, las mutaciones en estas proteínas pueden dar como resultado trastornos mitocondriales, pero pueden heredarse tanto de padres masculinos como femeninos de la manera típica. La enfermedad puede manifestarse en ambos sexos.

BIBLIOGRAFIA
Gerald Karp. Biología celular y molecular: Conceptos y experimentos. Edición 7ª. Ed. McGraw Hill. 2014

Paniagua R. Biología Celular. 3ª edición.   Ed. McGraw Hill. 2007

Endocitosis y Exocitosis

ENDOCITOSIS Y EXOCITOSIS 


La fusión de una vesícula secretora o gránulo secretor con la membrana plasmática y la descarga subsiguiente de su contenido se llama exocitosis.
La endocitosis es un proceso por el cual la célula interioriza los receptores de la superficie celular y los ligandos extracelulares unidos a ellos.
La fagocitosis describe la captación de partículas.
La endocitosis puede dividirse en dos categorías: la endocitosis por volumen y la endocitosis mediada por receptor.
La endocitosis por volumen o pinocitosis es la captación inespecífica de líquidos extracelulares.
La endocitosis por volumen también retira porciones de la membrana plasmática y puede funcionar sobre todo en el reciclaje de membrana entre la superficie celular y los compartimientos interiores.
La endocitosis mediada por receptor se refiere a la captación de macromoléculas extracelulares específicas (ligandos) después de su unión con receptores en la superficie externa de la membrana plasmática.
La endocitosis mediada por un receptor proporciona un medio para la captación selectiva y eficiente de macromoléculas que pueden estar presentes en concentraciones relativamente bajas en el líquido extracelular.
Las sustancias que ingresan a la célula mediante RME, a su vez mediada por clatrina, se unen con los receptores que se reúnen en dominios especializados de la membrana plasmática, conocidos como concavidades cubiertas.
Las concavidades cubiertas se invaginan en el citoplasma y luego se liberan de la membrana plasmática para formar vesículas cubiertas.
La construcción geométrica de la cubierta deriva de la estructura de sus bloques constituyentes de clatrina. Cada molécula de clatrina consiste en tres cadenas pesadas y tres ligeras unidas para formar un ensamble de tres ramas llamado módulo trípode de clatrina (trisquelion).
Al igual que las vesículas cubiertas con clatrina que se desprenden de la TGN, las vesículas cubiertas que se forman la endocitosis también contienen una capa de adaptadores complejos situados entre la celosía de clatrina y la superficie de la vesícula que queda frente al citosol.
Los adaptadores AP2 que se incorporan en las vesículas que se desprenden de la membrana plasmática contienen múltiples subunidades con distintas funciones.
La subunidad u de los adaptadores AP2 se acopla a las colas citoplásmicas de los receptores específicos en la membrana plasmática, lo que conduce a la concentración de estos receptores seleccionados, y sus moléculas de cargamento unidas, en la vesícula cubierta emergente.
La subunidad adaptina B de los adaptadores AP2 se une y congrega las moléculas de clatrina de la celosía suprayacente.
La dinamina es una proteína de unión con GTP necesaria para la liberación de la vesícula cubierta con clatrina de la membrana en la que se forma. Se ensambla por sí misma en un collar helicoidal alrededor del cuello de una concavidad cubierta invaginada, justo antes que se desprenda de la membrana.
La dinamina actúa como una enzima capaz de utilizar la energía química de GTP para generar fuerzas mecánicas. La disociación de la capa de clatrina y su separación de la vesícula exige la participación de una proteína adicional que es la ATPasa Hsc70, obtenida de la capa de clatrina por medio de un cofactor, la auxilina.
Las moléculas que capta una célula por endocitosis se mueven en una vía endocítica bien definida.
Un grupo de receptores, al cual se le denomina “receptores constitutivos”, es el encargado de la captación de materiales que se utilizan en la célula.
El segundo grupo de receptores, al que se le conoce como “receptores de señalización”, es el encargado de unir los ligandos extracelulares que llevan mensajes que cambian las actividades celulares.
Estos ligandos, que incluyen hormonas como la insulina y factores de crecimiento como el EGF, se unen con el receptor de la superficie y emiten una señal para dar origen a una respuesta fisiológica dentro de la célula.
La endocitosis del primer grupo de receptores por lo general conduce a la entrega de los materiales unidos, como el hierro y el colesterol, a la célula, y el receptor regresa luego a la superficie celular para realizar más rondas de captación.

La endocitosis del segundo grupo de receptores conduce a menudo a la destrucción del receptor, un proceso llamado regulación en descenso del receptor, y que tiene el efecto de reducir la sensibilidad de la célula a la estimulación posterior por la hormona o factor de crecimiento.
Los “receptores de señalización” casi siempre están marcados para la endocitosis y destrucción ulterior por el enlace covalente con una “etiqueta” en la cola citoplásmica del receptor cuando aún está en la superficie celular.
La etiqueta es una pequeña proteína llamada ubicuitina (ubiquitina) que se agrega por medios enzimáticos.
Después de la interiorización, los materiales unidos con la vesícula se transportan a una red dinámica de túbulos y vesículas conocidas en conjunto como endosomas, que representas los centros de distribución a lo largo de la vía endocítica.
Los endosomas se dividen en dos clases diferentes, los endosomas tempranos, que casi siempre se localizan cerca de la región periférica de la célula, y los endosomas tardíos, que por lo general se hallan más cerca del núcleo.
Los receptores que se captan por endocitosis se transportan en vesículas a un endosoma temprano, el cual sirve como estación clasificadora que dirige los distintos tipos de receptores y ligandos por vías diferentes.
Por lo general, los “receptores constitutivos” se disocian de sus ligandos unidos como resultado de la concentración alta de H+ de los endosomas tempranos.
Los receptores se concentran en compartimientos tubulares especializados del endosoma temprano que representan centros de reciclaje. Las vesículas que se forman de estos túbulos llevan a los receptores de regreso a la membrana plasmática para efectuar más rondas de endocitosis.
Los ligandos liberados se concentran en un compartimiento de clasificación antes de enviarse hacia un endosoma tardío y al final a un lisosoma, donde ocurre el procesamiento final.
Los “receptores de señalización” con sus marcas de ubicuitina no se reciclan de nuevo a la membrana. En vez de ello, tales receptores ubicuitinados son secuestrados dentro de una población de pequeñas vesículas esféricas que se apiñan en el interior del endosoma tardío; este fenómeno de vesiculación es concertado por una serie de complejos proteínicos llamados ESCRT.
Cuatro complejos ESCRT diferentes actúan de manera seriada para: (1) seleccionar los receptores ubicuitinados en un cúmulo dentro de la membrana endosómica tardía; (2) hacer que un parche de la membrana se invagine como si fuera una yema al interior del endosoma tardío y (3) seleccionar el cuello de la invaginación para que se liberen la vesícula intraluminal de formación reciente.

La fagocitosis (cuando la “célula come”) es la tarea extensa de unos cuantos tipos de células especializadas en la captación de partículas relativamente grandes del ambiente.
Muchos protistas unicelulares, como las amebas y los ciliados, viven porque atrapan partículas de alimento y microorganismos más pequeños y los encierran dentro de pliegues de su membrana plasmática. Los pliegues se fusionan para formar una vacuola (o fagosoma) que se separa de la membrana plasmática hacia el interior.
El fagosoma se fusiona con un lisosoma y el material se dirige dentro del fagolisosoma resultante.
Las células fagocíticas reconocen a los materiales y los unen mediante receptores en su superficie antes de captarlos. Una vez dentro del fagocito, los microorganismos pueden destruirse con las enzimas lisosómicas o con radicales libres de oxígeno generados dentro de la luz del fagosoma.

BIBLIOGRAFIA
Gerald Karp. Biología celular y molecular: Conceptos y experimentos. Edición 7ª. Ed. McGraw Hill. 2014

Paniagua R. Biología Celular. 3ª edición.   Ed. McGraw Hill. 2007

Transporte vesicular

TRANSPORTE VESICULAR


La vía biosintética de una célula eucariota consiste en una serie de distintos organelos limitados por membrana que participan en la síntesis, modificación y entrega de proteínas solubles y membranosas en su destino apropiado en la célula.
Los materiales son transportados entre compartimientos por vesículas que se desprenden de membranas donadoras y se fusionan con las membranas receptoras.

Cada yema cubierta se desprende para formar una vesícula cubierta. Se pueden formar vesículas de tamaño y estructura similares en sistemas libres de células.
Las cubiertas de proteína tienen por lo menos dos funciones distintas:
Actúan como dispositivo mecánico que hace que la membrana se curve y forme una vesícula desprendible.
Proporcionan un mecanismo para seleccionar los componentes que transporta la vesícula. Los componentes seleccionados incluyen: (a) cargamento consistente en proteínas secretoras, lisosómicas y de membrana que deben transportarse y (b) la estructura necesaria para dirigir y conectar la vesícula con la membrana receptora correcta.

La cubierta de la vesícula está formada por dos capas distintas de proteínas: una jaula externa o andamiaje que forma el marco de la cubierta y una capa interna de adaptadores que sirven para unir la cara externa de la bicapa lipídica y el cargamento de la vesícula.
Se han identificado diferentes clases de vesículas cubiertas:
< Las vesículas cubiertas con COP II desplazan materiales del retículo endoplásmico “hacia adelante” al ERGIC y al aparato de Golgi. (El ERGIC es el compartimiento intermedio situado entre el retículo endoplásmico y el aparato de Golgi.) (COP es una sigla para las proteínas de cubierta, del inglés coat proteins.)
< Las vesículas cubiertas con COP I mueven materiales en sentido retrógrado: (1) del ERGIC y pila de Golgi “hacia atrás” al ER y (2) de las cisternas Golgi trans “de regreso” a las cisternas Golgi cis.
< Las vesículas cubiertas con clatrina movilizan materiales de la TGN a los endosomas, lisosomas y vacuolas vegetales. También mueven materiales de la membrana plasmática a los compartimientos citoplasmáticos a lo largo de la vía endocítica. Asimismo, se han implicado en el tránsito de los endosomas y los lisosomas.
Las vesículas cubiertas con COP II median la primera rama del traslado por la vía biosintética, del ER al ERGIC y la red cis de Golgi.

Los anticuerpos contra las proteínas de la cubierta COP II bloquean el desprendimiento de las vesículas de las membranas del ER, pero no tienen efecto en el movimiento de cargamento en otras etapas en la vía secretora.
Las cubiertas COP II seleccionan y concentran ciertos componentes para transportar en vesículas.
Las proteínas seleccionadas por las vesículas cubiertas con COP II incluyen: (1) enzimas que actúan en las etapas avanzadas de la vía biosintética, como las glucosiltransferasas de aparato de Golgi; (2) proteínas de membrana participantes en el acoplamiento y fusión de la vesícula con el compartimiento blanco, y (3) proteínas de membrana que pueden unirse con cargamento soluble.
Las células que no tienen un receptor específico “del cargamento” no transportan un subgrupo específico de proteínas desde ER hasta el complejo de Golgi.
Entre las proteínas de cubierta COP II se encuentra una pequeña proteína G llamada Sar1, que es reclutada específicamente en la membrana del retículo endoplásmico.
Como otras proteínas G, Sar1 tiene una función reguladora, en este caso en el inicio de la formación de la vesícula y la regulación del ensamblaje de la cubierta de la vesícula.

Sar1 es reclutada en la membrana del retículo endoplásmico en la forma unida a GDP y es inducida a intercambiar su GDP por una molécula de GTP. Al unirse al GTP, Sar1 sufre un cambio de conformación que hace que la hélice a en su extremo N terminal se inserte en la hoja citosólica de la bicapa del retículo endoplásmico. Este suceso dobla la bicapa lipídica, lo cual constituye un paso importante en la conversión de una membrana aplanada en una vesícula esférica.
Sar1-GTP atrajo dos polipéptidos adicionales de la cubierta COP II, Sec23 y Sec24, que se unen como un dímero “con forma de banana”.
Por su forma curva, el dímero Sec23-Sec24 ejerce presión adicional sobre la superficie de la membrana que le ayuda a doblarse más en una yema curva.
Sec24 también funciona como la principal proteína adaptadora de la cubierta COP II que interactúa de manera específica con las señales de exportación del ER en las colas citosólicas de las proteínas de membrana destinadas para trasladarse al aparato de Golgi.
Las subunidades restantes de la cubierta COP II, Sec13 y Sec31, se unen con la membrana para formar la jaula estructural externa de la cubierta proteínica.

La jaula Sec13-Sec31 se ensambla en una celosía relativamente sencilla en la que cada arista está formada por la convergencia de cuatro ramas Sec13-Sec31.
La interfase entre las subunidades Sec13-Sec31 tiene cierto grado de flexibilidad que les permite formar jaulas de diámetro variable, lo que se adapta a vesículas de distintos tamaños.
Una vez que se ensambla toda la cubierta COP II, la yema se separa de la membrana del ER en la forma de una vesícula cubierta por COP II.
Antes que la vesícula cubierta pueda fusionarse con una membrana blanco, la cubierta proteínica debe desensamblarse y sus componentes se liberan al citosol.
El desacoplamiento se inicia por la hidrólisis del GTP unido para producir una subunidad Sar1-GDP, que tiene menor afinidad por la membrana de la vesícula. La separación de Sar1-GDP de la membrana va seguida de la liberación de otras subunidades COP II.

Las vesículas cubiertas con COP I se acumulan en presencia de un análogo de GTP no hidrolizable porque, como sus contrapartes COP II, la cubierta posee una proteína de unión con GTP llamada ARF1, cuyo GTP unido debe hidrolizarse antes de desarticularse la cubierta.
Las vesículas cubiertas con COP I median el transporte retrógrado de proteínas, incluido el movimiento de: (1) las enzimas residentes en el aparato de Golgi en dirección trans a cis y (2) enzimas residentes del ER del ERGIC y el aparato de Golgi de regreso al retículo endoplásmico.
Las proteínas se mantienen en un organelo por una combinación de dos mecanismos:
< Retención de las moléculas residentes que se excluyen de las vesículas de transporte
< Recuperación de las moléculas “prófugas” para devolverlas al compartimiento en que se encuentran normalmente.
Las proteínas que habitualmente residen en el ER, sea en la luz o la membrana, contienen secuencias cortas de aminoácidos en su extremo C que sirven como señales de recuperación, lo que asegura su regreso al ER en caso de que se trasladen por accidente hacia el ERGIC o aparato de Golgi.
La recuperación de las proteínas del ER “prófugas” de estos compartimientos se realiza mediante receptores específicos que capturan las moléculas y las regresan al ER en vesículas cubiertas con COP I.
Las proteínas solubles residentes de la luz del ER casi siempre tienen la señal de recuperación “lys-asp-glu-leu” o KDEL.
Estas proteínas se reconocen y regresan al ER por el receptor KDEL, una proteína integral de la membrana que se traslada entre los compartimientos cis Golgi y los de ER.
Si la secuencia KDEL se elimina de una proteína del ER, las proteínas prófugas no regresan al ER, sino que se trasladan al aparto de Golgi.

Las proteínas de membrana que residen en el ER también tienen una señal de recuperación que se une con la cubierta COP I, lo que facilita su regreso al ER.
Las proteínas lisosómicas se sintetizan en ribosomas unidos con la membrana en el ER y se transportan al aparato de Golgi junto con otros tipos de proteínas.

Una vez en las cisternas de Golgi, ciertas enzimas reconocen a las enzimas lisosómicas solubles y cataliza la adición de un grupo fosfato en dos pasos a ciertos azúcares manosa de las cadenas de carbohidrato con enlaces N.
Las enzimas lisosómicas tienen residuos de manosa fosforilada que actúan como señales de clasificación.
Las enzimas lisosómicas se transportan desde la TGN en vesículas cubiertas con clatrina. Las cubiertas de estas vesículas contienen: (1) una celosía externa parecida a un panal formada por la proteína clatrina, la cual constituye un soporte estructural y (2) una capa interna formada por adaptadores de proteína que cubre la superficie de la membrana de la vesícula y que está dirigida hacia el citosol.
El término adaptador describe una molécula que vincula físicamente dos componentes distintos.
Las enzimas lisosómicas están flanqueadas desde la TGN por una familia recién descubierta de proteínas adaptadoras llamadas GGA.
Una molécula de GGA tiene varios dominios, cada uno capaz de sujetar una proteína diferente que participa en la formación de vesículas.

Como sucede con la formación de vesículas con COP I y COP II, la producción de vesículas cubiertas con clatrina en el TGN comienza con el reclutamiento en la membrana de una pequeña proteína para unión con GTP, en este caso Arf1, que establece las condiciones para la unión de las otras proteínas de la cubierta.

Los portadores membranosos se producen cuando la TGN se fragmenta en vesículas y túbulos de diversos tamaños.
Pasos que ocurren entre el desprendimiento de la vesícula y la fusión de la misma:
< Movimiento de la vesícula hacia el compartimiento blanco específico. Estos tipos de movimientos están mediados sobre todo por microtúbulos, que actúan como las vías de un tren que leva contenedores con cargamento a lo largo de un trayecto definido hacia un destino predeterminado.
< Fijación de las vesículas al compartimiento blanco. Los contactos iniciales entre una vesícula de transporte y sus membranas blanco, como una cisterna de Golgi, están mediados por proteínas fijadoras. Se han descrito dos grupos de proteínas fijadoras: proteínas fibrosas cilíndricas, capaces de formar un puente molecular entre las dos membranas a una distancia considerable y grandes complejos de múltiples proteínas que parecen mantener próximas las dos membranas.

Una clase de proteínas fijadoras fibrosas llamadas golginas actúan en el interior y la periferia del complejo de Golgi. Entre las funciones atribuidas a las golginas pueden estar las que actúa como “tentáculos” para alcanzar y “capturar” vesículas de transporte que portan un “cargamento” unido al aparato de Golgi.
Gran parte de esta especificidad podría derivar de una familia de pequeñas proteínas G llamadas Rab, que fluctúan entre el estado activo unido con GTP y el estado inactivo unido con GDP.
En su estado unido con GTP, las Rab tienen una función clave en la dirección hacia un blanco mediante la atracción de proteínas fijadoras citosólicas específicas hacia superficies de membrana específicas.
Las Rab también tienen una función clave en la regulación de las actividades de muchas proteínas implicadas en otros aspectos del tráfico de membrana, incluidas las proteínas motoras que mueven vesículas membranosas por el citoplasma.

< Acoplamiento de las vesículas al compartimiento blanco. Las proteínas clave que participan en estas interacciones se conocen como SNARE y constituyen una familia de más de 35 proteínas de membrana cuyos miembros se localizan en compartimientos subcelulares específicos.
Todas las proteínas SNARE poseen un fragmento en su dominio citosólico llamado motivo SNARE que consiste en 60 a 70 aminoácidos capaces de formar un complejo con otro motivo SNARE.
Las SNARE pueden dividirse en dos categorías, SNARE-v, que se incorporan en las membranas de vesículas de transporte durante el desprendimiento, y SNARE-t, que se localizan en las membranas de los compartimientos blanco.
Las proteínas SNARE de la vesícula sináptica y la membrana presináptica son los blancos de dos de las toxinas bacterianas más potentes: las causantes del botulismo y el tétanos. Estas toxinas letales actúan como proteasas cuyo único sustrato conocido son las SNARE.
La escisión de los SNARE neuronales por las toxinas bloquea la liberación de neurotransmisores, lo que causa parálisis.
< Fusión entre las membranas de la vesícula y el blanco. Cuando las vesículas artificiales de lípidos que contienen SNARE-t purificada se mezclan con liposomas que contienen una SNARE-v purificada, los dos tipos de vesículas se fusionan entre sí, pero no las vesículas del mismo tipo.
Las interacciones entre las proteínas SNARE-t y v son capaces de unir dos bicapas de lípidos con la fuerza suficiente para hacer que se fusionen.
Aunque la interacción entre proteínas SNARE-v y t es necesaria para la fusión de las membranas, no es suficiente por sí misma para inducir la fusión dentro de una célula.

BIBLIOGRAFIA
Gerald Karp. Biología celular y molecular: Conceptos y experimentos. Edición 7ª. Ed. McGraw Hill. 2014

Paniagua R. Biología Celular. 3ª edición.   Ed. McGraw Hill. 2007




Lisosomas

LISOSOMAS


Los lisosomas son los organelos digestivos de una célula animal. Un lisosoma típico contiene cerca de 50 enzimas hidrolíticas diferentes que se producen en el retículo endoplásmico rugoso y se dirigen a estos organelos.
Consideradas en conjunto, las enzimas lisosómicas pueden hidrolizar todo tipo de macromoléculas biológicas.
Las enzimas de un lisosoma comparten una propiedad importante: todas alcanzan su actividad óptima en un pH ácido, por lo que son hidrolasas ácidas.
El ph óptimo de estas enzimas se sitúa por debajo del pH del compartimiento lisosómico, que se aproxima a 4.6. La elevada concentración interna de protones se mantiene mediante una bomba de protones presente en la membrana que limita al organelo.
Las membranas lisosómicas contienen diversas proteínas integrales muy glucosiladas cuyas cadenas de carbohidratos se cree que forman un recubrimiento protector para la membrana contra el ataque de las enzimas que encierra.
Las bacterias ingeridas casi siempre se desactivan por el pH bajo del lisosoma y luego se someten a la digestión enzimática. Los péptidos producidos por este proceso digestivo se “sitúan” en la superficie celular, donde pueden alertar al sistema inmunitario sobre la presencia de un agente extraño.
Los lisosomas también tienen una función clave en el recambio de organelos, o sea en la destrucción regulada de los propios organelos celulares y su remplazo.
Durante el proceso mencionado, llamado autofagia, un organelo, como la mitocondria, está rodeado por una doble membrana (o fagóforo) para producir una vesícula secuestrante de doble membrana llamada autofagosoma.
La membrana externa del autofagosoma, una vez formada, se fusiona con un lisosoma y genera una estructura llamada autolisosoma, en la cual hay degradación de la membrana interna del autofagosoma y el contenido en su interior.
Una vez que se completa el proceso digestivo en el autofagolisosoma, el organelo se conoce como cuerpo residual.
 Según sea el tipo celular, el contenido del cuerpo residual puede eliminarse de la célula mediante exocitosis o conservarse dentro del citoplasma por tiempo indefinido como un gránulo de lipofuscina.
Los residuos de manosa-6-fosfato de las enzimas lisosómicas actúan como un “domicilio” para entregar estas proteínas a los lisosomas.

Enfermedad de Farber

La enfermedad de Farber (también conocida como lipogranulomatosis de Farber, deficiencia de ceramidasa, "Dismucopolisacaridosis fibrocítica" y "Lipogranulomatosis") es una enfermedad de almacenamiento lisosómico autosómico recesivo extremadamente rara (80 casos informados en todo el mundo hasta el día de hoy ) una deficiencia en la enzima ceramidasa que causa una acumulación de esfingolípidos de material graso que conduce a anormalidades en las articulaciones, el hígado, la garganta, los tejidos y el sistema nervioso central.

Enfermedad de Fabry

La enfermedad de Fabry es una rara enfermedad de almacenamiento lisosómico genética, heredada de forma ligada al cromosoma X. La enfermedad de Fabry puede causar una amplia gama de síntomas. Es una forma de esfingolipidosis, ya que implica un metabolismo disfuncional de los esfingolípidos.
Enfermedad de Schlinder

La enfermedad de Schindler, también conocida como enfermedad de Kanzaki y deficiencia de alfa-N-acetilgalactosaminidasa es una enfermedad rara que se encuentra en humanos. Este trastorno de almacenamiento lisosomal es causado por una deficiencia en la enzima alfa-NAGA (alfa-N-acetilgalactosaminidasa), atribuible a mutaciones en el gen NAGA en el cromosoma 22, que conduce a una acumulación lisosómica excesiva de glicoproteínas. Una deficiencia de la enzima alfa-NAGA conduce a una acumulación de glicoesfingolípidos en todo el cuerpo.
Enfermedad de Tay-Sachs

La enfermedad de Tay-Sachs es un trastorno genético que ocasiona la destrucción de las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal. El tipo más común, conocido como enfermedad infantil de Tay-Sachs, se vuelve aparente alrededor de los tres a seis meses de edad con el bebé perdiendo la capacidad de voltearse, sentarse o gatear. Esto es seguido por convulsiones, pérdida de audición e incapacidad para moverse. La muerte generalmente ocurre en la primera infancia. Con menos frecuencia, la enfermedad puede ocurrir en la infancia o en la adultez posterior. Estas formas son generalmente de naturaleza más leve.

Enfermedad de Krabbe


La enfermedad de Krabbe (KD) (también conocida como leucodistrofia de células globulares o lipidosis de galactosilceramida) es una enfermedad de almacenamiento lisosomal rara y con frecuencia mortal que da como resultado un daño progresivo al sistema nervioso. KD implica el metabolismo disfuncional de los esfingolípidos y se hereda en un patrón autosómico recesivo. La enfermedad lleva el nombre del neurólogo danés Knud Krabbe.

BIBLIOGRAFIA
Gerald Karp. Biología celular y molecular: Conceptos y experimentos. Edición 7ª. Ed. McGraw Hill. 2014

Paniagua R. Biología Celular. 3ª edición.   Ed. McGraw Hill. 2007